Ecuador, un país poco conocido por su café, en favor de su primo, el cacao. Sin embargo, este primer concurso de café tostado de AVPA organizado en Quito nos reveló algunas sorpresas agradables.
La diversidad de terruños es menos marcada que en Colombia, un país con un microclima, pero si tuviera que describir la tasa ecuatoriana tal y como la descubrí, diría que tiene una agradable redondez, notas afrutadas y especiadas, una fina acidez, un cuerpo moderado y una persistente y dulce longitud en boca. Una copa muy accesible en definitiva, algo para puede agradar a todo el mundo.
En total, se degustaron unas cuarenta muestras. No es fácil dominar todas las etapas, desde la recolección hasta el tueste, y debo decir que, en general, la calidad estaba ahí.
Me acompañó un grupo de cuatro fuertes jueces ecuatorianos: un joven catador formado en Colombia, un formador de Q Grader y un ingeniero agrónomo, especialista en café y cacao. El grupo se calibró rápidamente a la perfección.
Se destacaron algunas pepitas de oro. Cafés difíciles de clasificar, que ofrecen una paleta aromática bastante inesperada. El trabajo sobre la fermentación, una tendencia de los últimos años en el café de especialidad, se consideró dominado de principio a fin.
Se concedieron 18 medallas, por lo que puede decirse que esta primera edición fue un verdadero éxito y, sin duda, el comienzo de una asociación a largo plazo con Ecuador.
Este concurso no podría haber tenido lugar sin la energía y el dinamismo de Guillermo Ortiz, también productor de café, Finca La Victoria (Medalla de Oro en 2020), que dirigió toda la operación.
Tras dos días de competiciones, pudimos ir a conocer a los productores del país. Primero en la provincia de Napo, a las puertas de la Amazonia ecuatoriana, y luego en los frondosos bosques de la provincia de Pichincha, al noroeste de Quito. Ricos intercambios, deliciosas tazas de arábica degustadas, tazas de robusta muy prometedoras y un notable entusiasmo.
Todo esto es un buen augurio para este origen, del que seguramente oiremos hablar más en los próximos años.
Deseo la mejor de las suertes a los cafés ganadores que se catarán en el concurso internacional de la AVPA en París el próximo mes de noviembre.
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